Hoy día la Ética como
ciencia de comportamiento moral ha quedado solo en escritos, en pura teoría que
muchos conocen pero que no aplican. Si vamos al trasfondo de los problemas que
aquejan a la humanidad, encontramos que todo radica en principios, en valores,
en la moral que regula las acciones del hombre y que generación tras generación
se han ido perdiendo.
Las acciones de personas que
se suponen letradas, honorables y respetadas no coinciden con lo que promulgan
a los cuatro vientos, esto es desmoralizante para una sociedad en su mayoría
jóvenes, que no tienen ganas de
emprender retos porque por la falta de ética se han ido cosas que no se
debieron haber ido y los recursos se han invertido en cosas que no se debieron
haber invertido, y al final el camino de muchos es desistir prefiriendo
desaparecer en su soledad y superficialidad o por el contrario igualarse a las
mismas condiciones en las que se encuentra el resto de la humanidad, en lugar
de buscar forjar de manera inteligente un carácter que los lleve más cerca de
la felicidad que de la desdicha. La ética hace parte nuestra y no podemos
evitarla, queramos o no, somos responsables de nuestras decisiones.
Mientras tanto y para tener
claridad de lo que estoy hablando, repasemos los tres modelos en que se puede
concretizar la ética:
Primero están las éticas
teleológicas que quiere decir la consecución de un fin, la búsqueda de la
felicidad. La tarea moral consiste en hallar los medios adecuados para lograr
este fin.
Es decir que las normas
morales se justifican por contribuir a alcanzar el logro, la felicidad.
Existen también 3 modelos
teleológicos llamados eudemonismo, hedonismo y utilitarismo,
el primero de ellos representado por Aristóteles, el cual consiste en el
ejercicio, la actividad y la percepción de las capacidades y disposiciones
propias del ser humano, para el ser feliz es autorealizarse ejercitando las
disposiciones con las que estamos dotados, dentro de ellas está la razón.
Pero como la felicidad no
solo depende de hacer buen uso de la razón, sino de un sinnúmero más de
aspectos tales como las motivaciones sentimentales, laborales, económicas,
deportivas, etc. por eso es necesario hacerlas con sumo cuidado. Según Aristóteles
la virtud que nos lleva a tomar decisiones correctas se llama PRUDENCIA
utilizando un término medio en todo, ni muchos excesos ni efectos de insuficiencia.
Por otro lado tenemos el Hedonismo
que consiste en que la felicidad se basa en el placer, un placer no
meramente sensible sino el placer
conectado a los sentimientos, amistad, el uso del intelecto y auto-realización,
esta teoría aparece con los filósofos Epicuro y Lucrecio.
Por último está el Utilitarismo
que aparece con Jeremy Bentham y Jhon S.Mill, donde la felicidad consiste en el
bienestar de los muchos. Es de carácter altruista, quizá uno de los mejores
comportamientos que deba tener la humanidad pero que lastimosamente no se
cultiva. Con esto, el criterio racional para apreciar la moralidad de un acto,
es la consideración de las consecuencias que se derivan de el para la felicidad
humana.
Hablemos de otra de las teorías
éticas, la segunda, llamadas éticas Deontológicas, estas son éticas
que fundamentan la acción moral en el deber. Lo que quiere decir que las
acciones morales que se realicen deben ser motivadas por el deber y no por la
utilidad, el miedo a las consecuencias, el placer o la esperanza de un premio.
Esta ética critica mucho la
heteronomía (recibir de otro la ley) que se maneja en la ética teleológica, es
decir que este modelo defiende su posición en que debe haber una autonomía moral,
cada quien debe saber implantar sus propias normas morales desde su
racionalidad, en lo que podemos concluir que el origen y fundamento de la norma
moral reside en la razón (practica). Su principal representante es el filósofo
Kant, quien la llamo “formal” y “autónoma” y la fundamentó en un principio
llamado Imperativo Categórico y que
formula así:
“Obra solo según aquella máxima que puedas querer
que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal” “procede de modo que
trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, siempre
como un fin en sí mismo y nunca como un medio”
Tercer y último modelo, las éticas
dialógicas, aquí se sostiene que las normas morales han de ser fruto de
un acuerdo basado en el dialogo argumentativo en condiciones de igualdad entre
personas libres y racionales.
En las éticas dialógicas el
hombre moralmente bueno es aquel que se halla dispuesto a resolver situaciones
de conflicto mediante un discurso argumentado, un dialogo inclinado a lograr un
consenso y se halle dispuesto a
comportarse tal como se haya decidido en ese consenso.
La justificación de las
normas morales proviene del acuerdo racional y se establece en función de dos
principios: Universalización y ética del discurso.
Entonces, una norma es aceptable
solo en el caso de que todos los afectados por ella estén de acuerdo en darle
su consentimiento porque satisface intereses universales y no individuales.
Después de hacer un breve
recuento en las teorías éticas, puedo concluir que cada una es importante, cada una aporta al
buen funcionamiento de la ética universal. No hay una que sobresalga más que la
otra, más bien, todas se complementan y aportan al conjunto de reflexiones sobre
normas morales que debemos tener presentes, todos como sociedad organizada.
Resalto algunas de las
palabras dichas por La doctora Adela Corina:
La ética tiene que ver con
el preguntarse, que queremos hacer, a donde queremos ir, no solo bilógicamente para que estamos preparados sino hasta donde
queremos llevar el trascurso de nuestras vida.
Biológicamente tenemos una
estructura moral pero no estamos preparados para llegar a la altura de nuestros
sueños porque somos inevitablemente egoístas.
Por lo tanto, se debe pensar
en el capital humano y la sensibilidad moral que incluye el sentido de la
justicia y el sentido de la gratuidad que es el momento de la sabiduría moral.
Se deben tener propuestas y
metas de contenido moral, por ejemplo
los Derechos Humanos y las capacidades básicas.
Jóvenes queriendo mejor Democracia
en el sistema político menos malo de todos.
Dentro de la economía, tendría
que haber por meta ayudar a formar buenas sociedades, porque la economía es
crear riqueza pero al servicio de la sociedad y no viceversa.
De la ciencia y la técnica la
meta es estar al servicio de la dignidad humana, al servicio del bien de los
hombres, de una mejor naturaleza y el cuidado de los animales.